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Title: Ahorre hasta 200% con medicamentos genéricos
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“Más de mil boticas privadas a nivel nacional venderán 86 tipos de medicamentos genéricos de calidad a bajo precio, de la demanda má...

“Más de mil boticas privadas a nivel nacional venderán 86 tipos de medicamentos genéricos de calidad a bajo precio, de la demanda más frecuente como antiinflamatorios, antibióticos, jarabes y otros”, indicó.

En tanto, Ugarte precisó que los medicamentos genéricos, que serán abastecidos por las propias cadenas de boticas ya cuentan con stock suficiente.

Existen hasta 26 medicamentos genéricos por un producto de marca


En el mercado peruano. estos llegan a costar 90% menos y son igual de efectivos. Digemid indicó que la Amoxicilina tiene 26 variantes de genérico; y el Panadol, 20.
Ahorre en su salud. En el mercado peruano existen hasta 26 alternativas de medicamentos genéricos por un producto de marca. Y a un bajo precio, llegando a costar hasta 90% menos que un medicamento comercial.
El director de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), Víctor Dongo, indicó que los laboratorios peruanos y extranjeros elaboran medicamentos, genéricos o de marca, cumpliendo los mismos estándares de fabricación y eficiencia.
Es el caso del antibiótico conocido como Amoxicilina de 500 miligramos que a la fecha cuenta con 26 presentaciones genéricas, mientras que el analgésico con el nombre de Panadol de 500 miligramos tiene hasta 20 registros en versión genérica con el nombre de Paracetamol.
Un ejemplo
Ahorro. La Amoxicilina en versión comercial cuesta un sol , mientras que en versión genérica vale 0.11 céntimos.

Uriel García Cáceres. Ex ministro de Salud, miembro de la Academia Peruana de Medicina y prestigioso patólogo, desentraña el mundo de los medicamentos.
¿Qué son los genéricos?
–La elaboración de los medicamentos tiene tres etapas. Primero, la búsqueda de moléculas bioquímicas que hagan frente a las enfermedades. Hay inversionistas que ponen un capital en riesgo y que encargan la contratación de los mejores científicos. Segundo, la fabricación de las moléculas descubiertas en un estado de pureza. En esta parte se investigan las ventajas y las desventajas del producto, sus indicaciones y sus contraindicaciones. Y tercero, la producción comercial de las moléculas en forma de pastillas, inyecciones, supositorios, entre otras. Los inversionistas protegen legalmente el hallazgo que propiciaron y poseen la exclusividad de fabricarlo (la patente) por un periodo determinado, normalmente 25 años. La Organización Mundial del Comercio se encarga de prohibir a otros laboratorios que produzcan ese medicamento. Una vez que vence el plazo, cualquier empresa puede fabricar la molécula, esta se convierte en propiedad universal. Entonces, aparecen los genéricos, que llevan en sus cajitas el nombre de la molécula y son muy baratos. Los principales países que los producen son China, India, Rumania e Italia.
–¿Esto significa que genéricos como el naproxeno, la amoxicilina o la clorfenamina fueron al inicio medicamentos comerciales desarrollados por un laboratorio?
–Claro. La clorfenamina fue desarrollada por el laboratorio Parke-Davis. Por cierto, yo uso clorfenamina desde hace unos diez años porque tengo rinitis alérgica crónica. Cien pastillas del genérico me cuestan seis soles. Y estoy muy bien. Si comprara una de marca, cada pastilla me costaría 2,20 soles. No tendría sentido hacerlo. El genérico es tan bueno como un producto de marca. La diferencia solo es el precio. Curar la neumonía en un niño con amoxicilina y vitaminas genéricas cuesta aproximadamente doce soles. Hacerlo con medicamentos de marca cuesta más de 200. Quienes se encargan de decir que los genéricos son una porquería son los propios laboratorios.
–¿Hay razones científicas para desconfiar de los genéricos?
–Absolutamente no.
–¿Por qué los productos de marca son más caros?
–Por la publicidad y las estrategias de venta de los laboratorios. Hay más visitadores médicos que médicos. A veces son visitadoras, lindas chicas, que van de consultorio en consultorio sugiriendo a los médicos que receten sus marcas. Le dicen, por ejemplo, ‘doctor, hay un congreso en Viena de su especialidad, usted debería ir’. Si él se porta bien, le dan un viaje todo pagado para él y su esposa, a veces hasta para la secretaria. Debería estar restringida la permanencia de los visitadores en los hospitales, que no son centros de comercialización.
–¿Qué tipos de médicos son los más proclives a la influencia de los laboratorios?
–Los cancerólogos, los cardiólogos y los gastroenterólogos.
–Da la impresión de que el gobierno es muy condescendiente con la industria farmacéutica.
–¿Por qué no se estudia la aportación de los laboratorios farmacéuticos a las campañas electorales? Es algo público y notorio. Yo tengo muchos años en esto. He visto al presidente de Asociación Nacional de Laboratorios Farmacéuticos (Alafarpe) acercarse al Presidente de la República y tratarlo de tú. Cuando fui ministro de Salud durante el segundo gobierno de Fernando Belaunde y promoví la masificación de los genéricos, la industria farmacéutica presionó al Congreso para que me censuraran. Al final, renuncié. Luego cuando formé parte del Acuerdo Nacional, propuse la creación de un ente completamente independiente que controlara la calidad de los medicamentos y los alimentos en el país, y que estuviera integrado por cuatro personas calificadas elegidas por el Parlamento. La idea era que este organismo esté libre de cualquier presión comercial. Mi planteamiento fue aprobado por unanimidad y entró a consultas con los jefes de los partidos políticos. Un día, el entonces presidente Alejandro Toledo nos invitó a todos a una comida y nos felicitó por el trabajo realizado. Cuando vi el documento resultante, descubrí sorprendido que había desaparecido el artículo de la creación del ente fiscalizador. Comprendí entonces el poder la industria farmacéutica.

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